La basura es un término que ha sido utilizado para nombrar a cualquier ente material que ya no nos provoque satisfacción y que, a falta de algo mejor que hacer con ella, es abandonada en algún lugar donde no moleste a nadie. El problema es, que con la llegada de la revolución industrial, la tasa demográfica ha aumentado exponencialmente. Mas población significa más basura, y mientras nuestras ciudades crecen día a día, también lo hace nuestra necesidad de desechar. En este país, son producidas 30 millones de toneladas cada año, y el 25% se tira directamente a las calles. Y esta cifra va en aumento.
Ya lo había dicho Isadora Duncan: “Lo que es contrario a la naturaleza no es bello”, y eso lo vemos en el día a día de nuestro país. Envolturas de golosinas en las banquetas, comida en el drenaje, plásticos en el césped, y periódicos medio leídos en los transportes públicos; a esto se enfrentan los ciudadanos del Distrito Federal y lo lamentable, es que no sientan interés al respecto. ¿Qué hace falta para que la conciencia llegue a nuestros hogares?
Los problemas que la basura generan no es algo que solo afecte a los ciudadanos. También es un fuerte dolor de cabeza para la política, la salud y al desarrollo. Y aunque nuestros gobernantes hacen lo que pueden para solucionar el problema, no les queda más que “pasarle la bolita” a los que siguen, y el problema de la basura crece y crece. No hacen falta más rellenos sanitarios, ni una nueva flotilla de camiones; necesitamos una educación del desecho.
La basura va a reflejar las características políticas sociales y culturales de la región. El problema de la basura comienza con el incremento de la población humana, la agregación de la población en extensas aéreas urbanas, el incremento de artículos desechables, el incremento de sociedades complejas e interdependientes con un rápido avance tecnológico y una tecnología estática en el manejo de los desechos sólidos debido a las construcciones sociales e interinstitucionales, funciones jurisdiccionales obsoletas en el manejo de los desperdicios, actitudes sociales inconscientes donde se piensa que los desperdicios se pueden tirar impunemente y la creencia de que es mejor utilizar materiales nuevos.
ResponderEliminarLa ciudad de México rebaza las 10000 toneladas de basura según los cálculos conservadores, y su manejo constituye una gran dificultad. En los últimos años el Distrito Federal ha efectuado cambios en la política ambiental en relación al manejo de sólidos de tal manera que de una simple recolección se dirige a hacia una gestión integral, por otra parte el gobierno del Distrito Federal plantea que la ciudad debería contar con una correcta disposición de residuos sólidos ya que este es de gran importancia para mantener la operatividad de los servicios públicos en la ciudad.
La propuesta consiste en quela ciudad cuente con un centro integral de procesamiento o tratamiento que permita la aplicación de diversas tecnologías para mejorar sustancialmente su aprovechamiento. Ya que gran parte de los residuos generados por la población se encuentran estrechamente relacionados con los bienes de consumo que una vez terminada su vida útil se convierten en residuos; la selección de estos residuos deberá efectuarse tomando en cuenta el impacto ambiental que estos generen y la cantidad de actores involucrados en su manejo.
Actualmente el relleno sanitario Bordo Poniente es el único sitio de disposición final en el Distrito Federal que recibe diariamente aproximadamente 12 500 toneladas de residuos y se encuentra en proceso de cierre por conclusión de su vida útil. El inminente cierre del relleno sanitario conlleva a la búsqueda de un nuevo sitio de disposición final acorde con las nuevas políticas de minimización, generación y disposición de los residuos. Para ello se propone desarrollar un complejo de tratamiento, aprovechamiento y disposición final de residuos orgánicos e inorgánicos que utilice una tecnología mas apropiada. Este proyecto (CIRE) contempla entre otras cosas un centro de reciclaje y valoración asi como la obtención de energía.
La basura ha sido subestimada, un ciudadano cualquiera al preguntarse sobre el salario de los pepenadores, podría llegar a la rápida y no tan acertada conclusión, de que no hay nada extraordinario en el proceso que nuestros desperdicios siguen tras ser desechados. La verdad es que existe una compleja red de actividades y relaciones que surgen en el momento en el cual nuestras bolsas negras son depositadas en los contenedores. Empezando con las propinas a los empleados de limpieza del gobierno, que además reciben un salario mensual. Y es precisamente este punto, el que hace tan interesante el análisis. La informalidad del trabajo de los pepenadores tiene sus pros y sus contras: no se pagan impuestos, no se dan prestaciones ni Seguro Social, no se paga luz, agua ni nada que tenga que ver con el mantenimiento de las plantas; las ganancias son para los trabajadores. Sin embargo, la parte oscura de este negocio es que los pepenadores son sobreexplotados por sus líderes, y los segundos reciben las mejores ganancias. Los líderes controlan la vida política, social y familiar de las familias de sus comunidades, algo muy similar a los guetos, todo esto es una consecuencia de una mala distribución de responsabilidades en el gobierno.
ResponderEliminarLos especialistas coinciden en que el país se tienen grandes retos a enfrentar en materia de residuos. Tenemos la necesidad de despolitizar el manejo de la basura al eliminar los esquemas de caciques y los cotos de poder otorgados y legitimados durante años por el gobierno, al igual que la necesidad de comenzar a tener una industria más responsable y limpia mediante programas que impulsen la separación adecuada de los residuos, lo que permitirá reducir "fácilmente", como mínimo a la mitad, la cantidad de basura que se genera.